Thursday, March 24, 2011

Los efectos nocivos de ver crónica TV

Mi primo, alias doctor insolito, escrbió este serio texto para hablando de mis pasiones:



“Riverito termina su exasperante discurso estereotipado, les desea buena fortuna a sus televidentes. La señora se levanta de su silla, se acerca al televisor, ella no usa el control remoto. Aprieta el botón de “subir el canal” 58 veces. La televisión devuelve la imagen a la emisora que la señora había cambiado cinco minutos antes. Una mueca de pánico se forma en su rostro. Se comentan detalles de la cruel manera en que fueron asesinados sin motivo aparente una pareja de ancianos en el Gran Buenos Aires. Cuán vulnerables somos todos nosotros frente a la ola de criminalidad, reflexiona antes de darle paso al relator del clima, el periodista de Crónica TV”

Mucho, pero claramente no lo suficiente, se ha escrito acerca de los efectos nocivos que genera la exposición prolongada a la señal de cable conocida como “Crónica TV”. Un gran número de quejas y de preocupadas misivas en relación a este tema nos han llegado a la redacción de la revista. En el día de hoy hemos decidido compilar la información disponible al respecto de literatura médica y psicológica. Con el objetivo de llamar la atención de los medios y de los funcionarios antes de que sea demasiado tarde para la nación.

Primeramente intentaremos describir la teoría actual acerca de la fisiopatología del daño que genera. Nos comenta el Prof. Dr. Rodolfo “Chiche” Bollanó: “La manera en que se produce la alteración en las personas expuestas es múltiple y compleja. Lo que es claro es que la lesión se produce por acumulación. Junto con mi equipo de investigadores de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) hemos podido concluir que alcanza con una visión diaria de 25 minutos durante una semana para generar cambios irreversibles en el encéfalo del televidente. Lo que lo convierte en un producto altamente tóxico. Sólo comparable, a nivel de emisoras, con CNN en español o SONY, claro que éstas generan deterioro en otros aspectos.”

“El ataque a la mente de las personas es múltiple.” Continúa el prestigioso catedrático. “El canal suele mostrar imágenes de violencia, de muerte, de horror en forma de lo más explícita. A mí me asusta más que ‘El juego del miedo IV’. Aquí comienza el primer mecanismo por el cual, yo no sé si deliberadamente o no, produce daño y dependencia. Estas imágenes generan un efecto tremendista en las personas que lo observan, especialmente en aquellas que se encuentran disminuidas y se consideran débiles o patéticos como los niños, ancianos, discapacitados, gente encerrada en countrys, etc. Sin embargo este es sólo un primer paso. La visión repetida de estas secuencias va generando tolerancia en los televidentes que se vuelven inmunes a las dosis habituales de mal gusto y golpes bajos. Yo mismo he visto a un colectivero de la línea 42 llorar desconsoladamente después de ver un informe sobre los efectos del paco en los niños inválidos, y a su madre, asidua televidente, al lado de la pantalla, fumando indiferente, murmurando: ‘algo habrán hecho’. Una vez que uno alcanza el estado descrito, cuando desde el canal deciden presentar noticias a través de una placa anunciadora de color rojo chillón con grandes letras amarillas que hacen referencia a algún evento terrible (o no), en la mente de la víctima se forman inconcientemente imágenes creadas por cada uno de cómo podría haber sido el choque, el crimen o el asalto. Lamentablemente el círculo perverso no termina ahí sino que con el tiempo apropiado de evolución, no hace falta que uno sea estimulado por la televisión. Cualquier mención, por pequeña que sea, a la violencia hace que uno ande por la vida imaginado torturas para la cajera del supermercado, o la forma más repugnante en la que podría morir el empleado del banco que se negó a darnos monedas.”