Friday, October 27, 2006

Pequeña apologìa a la mùsica clàsica


Es una lástima que todavía haya personas que se sigan dejando llevar por el prejuicio estereotipado de que escuchar música clásica es cosa de eruditos, que si no se es, no se puede disfrutar de las maravillosas melodías que llora un violín. No vamos a negar, eso si, que tener ciertos conocimientos ayuda a disfrutar màs y mejor, pero tampoco podemos pasar por alto que este gènero también puede ser escuchado de una forma inocente y aventurera, dejando bajar nuestra mente al compás de una orquesta tocando una sinfonía de Mozart sin saber nada del autor, pero eso no impide que podamos llegar conectarnos emocionalmente con lo que esta quiere transmitir. Si no tenemos el conocimiento de la estructura de una sonata, podemos aprenderlo fácilmente, o bien disfrutarla como lo hacemos del son que produce el correr de un río entre piedras.

Es cierto que hoy en día la juventud está muy identificada con el rock, ya que este habla de las angustias que sufren en este mundo carente de esperanzas, según una visión muy adolescente sobre la vida. Uno de los motivos que hace que los jóvenes ni siquiera se atrevan escucharla, es que en algunos casos sin por lo menos prestarle un mínimo de atención, dicen que es aburrida. Esto se puede entender cuando alguien se tomo el trabajo de prestarle un poco de tiempo, y llegò a la conclusión de que no le gusta, pero el que no, no puede opinar. A pesar de que en las salas de concierto se suelen ver en su mayoría a gente grande, también hay grupos de jóvenes que van a divertirse y disfrutar, de una forma muy distinta al desenfreno que provoca el rock and roll, es un goce màs intimo y dulce, es como saborear un buen vino. Puede que sea algo lógico, la ansiedad que ellos sienten debe a hacer que les de miedo tener que permanecer una hora escuchando un sola pieza, ya que ellos quieren todo ya: fast food, mensajes de texto al instante, nada de esperar. Considerando esto es entendible. Otro factor puede ser la falta de educación musical, causante de que algunos ignoren de que fue el origen de otros géneros que posteriormente se formaron, pensando que el rock siempre fue el rock tal como lo escuchan ahora. Teniendo este panorama, ¿no sería interesante llevar la música clásica a lugares en los cuales no es lo habitual y ver como es acogida? No vamos encontrar una adhesión unánime, pero si va haber gente que va estar muy agradecida por haberle hecho conocer algo diferente, claro esta, siempre hablando de gente abierta y sensible, que en ámbitos laborales rústicos es una excepción.

Los diferentes géneros se fueron construyendo con el correr de los siglos con el fin de que el hombre use su creatividad para hacerlos evolucionar y mutar, para deleite de todas las generaciones de jóvenes, adultos, niños, y todo aquel que quiera escuchar como cantan las almas de todos los tiempos.
ACLARACIÒN: Con esto no estoy queriendo decir que menosprecie o no escucho otro tipo de mùsica, sino manifestar mi pasiòn por este gènero.

1 comment:

Anonymous said...

Fue un gran músico, llamado Duke Ellington, quien aseguró que para él sólo existían dos clases de música: la buena y la mala. Cada tanto algún otro músico repite esta misma frase, convalidando aquello que para cualquier persona sensible y de mente abierta sólo puede ser evidente.

La cuestión de los géneros merece ser desestimada, en favor de una recuperación del verdadero arte, o de aquello que los antiguos griegos denominaban poiesis.

Cuando una obra de arte te conmueve, ¿cómo podríamos evadirnos de esa sensación sólo para preguntarnos si eso que estamos escuchando es música clásica, jazz, folclore o rock? ¿Serviría de algo la respuesta que nos diésemos entonces?

Saludos cordiales.