Retomando el post anterior. Hace cuatro días que no prendo la tele, ni leo diarios y eso me sienta muy bien. No escuchar la voz compungida y ceremoniosa de los conductores de noticieros, las histericas e histericos del circo de Rial, es salud. No creo que sea tan indispesanble, leer los diarios y ver noticieros para enterarse de lo que pasa. De hecho muchas veces los mismos encargados de informar lo hacen mal, y uno termina no entendiendo nada. Así que antes de ver a un gordo panzón indignado hablar de todos los pobres que hay, como si eso fuera hacer algo, es preferible mirar a tu alrededor y sacar tus propias conclusiones. El consumo desmedido de medios de comunicación , es síntoma de depresión. Aparte de relleno te meten las peleas en el plantel de boca, la ostentación de Ricardo Fort en Miami, un desfile de moda ínsipido, y de fondo chistes tontos de los conductores. Esto no quiere decir que no cumplan ninguna función importante, hay que reconcer que ayudan a mucha gente a sacar a la luz los problemas de su barrio, las promesas incumplidas de los politicos, las deficiencias del sistema de salud.