Thursday, September 13, 2007

Literatura marginal

Estoy releyendo “aguafuertes porteñas” de Roberto Arlt, una serie de textos que el autor publicara en el diario el mundo que reviven la antigua picaresca porteña que había cultivado Fray Mocho. Son análisis irónicos de aspectos y personajes típicos del Buenos Aires de ayer, en el que el tranvía era moneda corriente, y el subterráneo una novedad ; tiempos en los que el almacén era el templo de la alimentación; podremos encontrar entre los más conocidos: al burócrata, al jubilado, al comerciante, y demás personajes entrañables Me divierto mucho con las filosas observaciones del loco Arlt, acá les dejo una:


La pobre gente cree en lo que ha dado en llamarse “la alta sociedad.” Posiblemente la alta sociedad no exista sino en la imaginación de los pobres diablos y las infelices muchachas. Incluso uno sonríe cuando piensa que hay gente que sin tener donde caerse muerta lee y sigue asiduamente los viajes de los “miembros de la alta sociedad.” Resulta al final de cuentas que tanto los diarios como las revistas, tienen esa sección, no sólo para satisfacer la curiosidad de gente que casi siempre se desprecia entre si, como los susodichos “miembros,” sino para entretener y satisfacer la curiosidad de lectores más pobres que rapavelas y lectoras necias y confiadas, aunque día a día la atención de estas chifladas se desvía hacia el cine abandonando la galería social por el encantador hociquito de algún espléndido garañón de Hollywood, Con todo, algunas que son lo suficiente estúpidas para dedicarse a ambos deportes, reparten su atención entre la galería social y cinelandia.

Estos hombres y mujeres (la zoncera no tiene sexo) creen en los “misterios de la alta sociedad”. Suponen que “allá” las cosas suceden de distinto modo que “aquí”. Es notable; mas yo he conocido gente, casi toda de origen extranjero, que no vacilaba en afirmar que si se “pudiera escribir lo que pasa entre esa gente, el pueblo se estremecería de horror”. Como es natural, al escuchar tan tremendas burradas, me he reído a gritos, ya que indignarse era imposible…


De este autor también leí “ los siente locos” y “ el juguete rabioso”, dos novelas que tocan el tema de la marginalidad : personajes que fracasan en todo y que movidos por las desesperación y las ansias de conquistar sus sueños entran en el mundo del delito. Historias tristes, donde toda es carencia y sufrimiento, que si algún merito tienen, es el de mostrar ese oscuro mundo de pensiones de mala muerte, donde habitan los desechos de la sociedad.

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