En una época el psicoanálisis fue amo y señor, medio Buenos Aires se psicoanalizo, hoy las cosas son diferentes, hay mucha más variedad de opciones en el campo de la psicología, como también muchos interesados en las disciplinas orientales, en resumen, casi todos hacen algún tipo de terapia, algo que les de bienestar y armonía a la mente y al cuerpo. Esto indicaría que se anda buscando estar cada día mejor, en fin, se ve que la gente se quiere más a si misma. Pese a la apertura que se nota de la gente hacia lo oriental, se ve que todavía el trono lo sigue teniendo la medicina tradicional, el reiki por ejemplo, todavía no esta muy establecido, nos parece algo raro. Lo primero que habría que hacer es desarmar el prejuicio, y ver que al fin de cuentas se trata de lo mismo, la medicina que todos conocemos sana o calma, el reiki busco lo mismo para de otra manera, el yin el yan de la curación universal. El terapeuta norteamericano Irvin Yallon, autor de la novela, el día que Nietzsche lloró, dice en su libro, el don de la terapia: “ Es importante que el terapeuta joven evite el sectarismo y pueda apreciar la eficacia de los distintos enfoques terapéuticos.”
En lo que se refiere a mí experiencia con las terapias, hace años que mi psicoanalizo, es mi tratamiento madre, todavía sigo confiando en el legado del doctor Freud. Soy un persona curiosa y eso me llevo a experimentar con el yoga, hace unos meses que lo estoy practicando y me hace muy bien, es un placer para los huesos y el espíritu. Uno aprende a apreciar más en detalle su cuerpo, conociendo recovecos a lo que anteriormente no les prestó atención, y a que respirar no es sólo un acto mecánico que nos mantiene vivo, sino algo que se disfruta y trae muchos beneficios. Las partes sensuales de nuestro cuerpo más ligadas al lugar común son la cola, la cara, las piernas, en cambio en el yoga cualquier parte del cuerpo nos parece sensual como también los movimientos que hacemos.
En la parte final, las últimas líneas del don de la terapia, Irvin Yallon dice: “ Los terapeutas somos parte de una tradición que se remonta no solo a nuestros ancestros psicoterapeutas inmediatos, empezando con Freud y Jung y todos sus ancestros – Nietzsche, Shopenhauer, Kierkegaard - sino también a Jesús, a Buda, Platón, Sócrates, Galeno, Hipócrates y todos los grandes lideres religioso, filósofos y médicos que desde el principio de los tiempos se han ocupado de la desesperación de los hombres.”
Si uno tiene un problema lo lógico es que se preocupe, lo paradójico es que a veces el preocuparse no resulta el mejor camino, sino el peor porque la angustia paraliza, doy un ejemplo: cuando uno no se acuerda una palabra o nombre y se esfuerza por recordarla casi nunca lo logra, pero cuando uno se distrae con otra cosa, sí, eso que antes había buscado con desesperación viene a nosotros. Esto no significa no esforzarse por nada para evitar la angustia, es una manera más inteligente de lograr nuestros objetivos.
En lo que se refiere a mí experiencia con las terapias, hace años que mi psicoanalizo, es mi tratamiento madre, todavía sigo confiando en el legado del doctor Freud. Soy un persona curiosa y eso me llevo a experimentar con el yoga, hace unos meses que lo estoy practicando y me hace muy bien, es un placer para los huesos y el espíritu. Uno aprende a apreciar más en detalle su cuerpo, conociendo recovecos a lo que anteriormente no les prestó atención, y a que respirar no es sólo un acto mecánico que nos mantiene vivo, sino algo que se disfruta y trae muchos beneficios. Las partes sensuales de nuestro cuerpo más ligadas al lugar común son la cola, la cara, las piernas, en cambio en el yoga cualquier parte del cuerpo nos parece sensual como también los movimientos que hacemos.
En la parte final, las últimas líneas del don de la terapia, Irvin Yallon dice: “ Los terapeutas somos parte de una tradición que se remonta no solo a nuestros ancestros psicoterapeutas inmediatos, empezando con Freud y Jung y todos sus ancestros – Nietzsche, Shopenhauer, Kierkegaard - sino también a Jesús, a Buda, Platón, Sócrates, Galeno, Hipócrates y todos los grandes lideres religioso, filósofos y médicos que desde el principio de los tiempos se han ocupado de la desesperación de los hombres.”
Si uno tiene un problema lo lógico es que se preocupe, lo paradójico es que a veces el preocuparse no resulta el mejor camino, sino el peor porque la angustia paraliza, doy un ejemplo: cuando uno no se acuerda una palabra o nombre y se esfuerza por recordarla casi nunca lo logra, pero cuando uno se distrae con otra cosa, sí, eso que antes había buscado con desesperación viene a nosotros. Esto no significa no esforzarse por nada para evitar la angustia, es una manera más inteligente de lograr nuestros objetivos.
2 comments:
Creo que le dabería dar mas importancia a esta filosofias.
Pienso que los occidentales complezamos todo y la solución es la lógica de lo elemental.
Me gusto tu post, me interiorizare por estas terapias.
pienso que los occidentales complejizamos todo.
Post a Comment