Tuesday, November 30, 2010

Nuestro talón de Aquiles




“ Seamos realistas, exijamos lo imposible”. Esto lo leí en una boleta de una lista que se presenta como candidata, en una elecciones internas del juzgado de San Martín. Está puesta como cita como para motivar al votante a frustrarse. Me llamó la atención leer algo así, ¿ no suena de tan idealista súper infantil? ¿ Qué pretende esta lista, creer en cosas imposibles? ¿ No es mejor buscar posibles? Me parece patético que pueda haber gente que lleva a tal extremo el idealismo, no digo que cierta cuota del mismo no sirva para nada, pero me parece que el que escribió esa frase debe ser alguien muy ignorante. Con Razón no pusieron el nombre del autor, seguro que de Cervantes no es. Todo ese romanticismo de la utopía ya murió, hemos evolucionada. En lugar de poner esa pretenciosa frase, podrían haber puesto, no sé me parece mejor: “Busquemos soluciones realistas, dejemos de creer en imposibles”. Me parece que se lograrían muchas más cosas pensando así. Un ejemplo claro de esto, es cuando las mujeres pretenden creer en que van a encontrar a su príncipe azul, hasta que después de muchos golpes caen en la cuenta, no hay ningún príncipe que las vaya a despertar con un beso. Está bien, es cierto, tenemos que aspirar a grandes logros, pero el mejor abordaje posible de nuestras metas es uno que sea realista. En vez de decir, tenemos que acabar con la pobreza, tenemos que decir, tenemos que reducir la pobreza. Una cosa es pretender que de un día para el otro se acaben todos los problemas, y otra muy distinta es armarse de paciencia para trabajar y mejorar de a poco lo que haya que mejorar.


Ni siquiera es una frase que suene bien, es una nota desafinada, demasiado estridente, incluso hasta peligrosa. Este pensamiento sólo puede aportar impotencia, es retórica barata, crispación. Me hace pensar en los exagerados homenajes a Néstor Kirchner, donde cierta juventud obnubilada por un ideario caduco, no pueden salir de la caverna y ver la realidad a la luz del día. Se niegan a bajar de los cielos de la revolución, no quieren pisar la tierra, se creyeron la ficción que se les vendió. Son gente que necesita creer que un día llegó un presidente que les abrió lo ojos. Lo que desconocen( o no quieren ver) es que su semidios también tenía su lado oscuro. Es la ansiedad del argentino, quiere soluciones mágicas, no un trabajo a largo plazo. No se banca la crisis económica, se deprime, en vez de buscarle la vuelta a la cosa. Es melodramático, lo magnífica todo. Se murió Kirchner y piensan que eso es una desgracia, que somos un país sin suerte, cuando la realidad es que somos un país muy afortunado.

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