Voy caminando por la avenida Leonardo, N, Alem, y un sujeto de unos 50 años me da un volante. Algo normal en aquella zona céntrica. Por lo general la gente que hace esto suele hacerlo sin ponerle ganas a la cosa, parecen muertos vivos. Pero esta vez fue diferente: Este hombre le puso un entusiasmo casi teatral que logro sorprenderme. Por esa razón quisiera describirles como hacía su trabajo: Cuando te daba el volante con un movimiento enérgico que hacía crujir el papel, te decía “esto es para vos” con una decisiòn que daba gusta escuchar a pesar de voz su ronca. Y por lo menos yo, aunque a los pocos metros tire el volante, lo tome con el mismo énfasis con que me lo dio èl. Buenos Aires cuanto te quiero, gracias por relajarme estos momentos.
Les pidos disculpas, esta vez la entrada va sin imagen. La computadora se encapricho, es una làstima, la foto que les querìa mostrar es hermosa.
1 comment:
El alcohol desliza mi mente como tobogán natural, sin dejar de distinguir, fluye a lo más profundo de mi existencia ideal(irreal?)por momentos indefendible instinto de la percepción más aguda. Hoy daría ver (las tortugas tambien vualan?).perdón y gracias!Salud...
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