La semana pasada estuve en el museo de la ciudad, ubicado en la calle defensa al 219 en el barrio de San Telmo. Es nuevo, fue inaugurado el 11 de enero de este año. Es de una amplia variedad de artículos que se vendían en las tiendas de antes, época de esplendor de “Gath Chaves” y Harrod´s. Me quedé encantado con esos juguetes hechos de madera y metal, pintados con colores alegres y de diseños artísticos. Las cocinitas para las chicas eran casi del tamaño de las de verdad, lo que hace al juego más cercano a la realidad; los autitos eran fuertes como un ford; los juegos de mesa muy educativos; y las botellas de antaño tenían unas etiquetas con dibujos magníficos.
Los tiempos cambiaron: Ahora tenemos un nuevo paradigma de producción y diseño, que requiere mayor producción al menor costo posible, con buenas ganancias a corto plazo. Este cambio ha desembocado en una pérdida de calidad y estética, sin embargo con la potencia del marketing y la publicidad logran conquistar a los chicos. No es que pretenda idealizar lo de antes, estos juguetes modernos tienen cosas más que interesantes, es sólo que visualmente me producen más placer. No seamos desgraciados con el tiempo que nos toca vivir, pensemos que disfrutamos de cosas impensadas para nuestros abuelos, adelantos científicos a pasos agigantados, todo para nosotros.
Seguramente dentro de 200 años nuestros objetos van a estar en los museos, donde la gente curiosa sentirá algo parecido a lo que yo sentí. Quizá para ese entonces el celular estándar de ahora, les parecerá tan raro como a nosotros el telégrafo. ¿La Internet hasta donde habrá evolucionado para ese momento? ¿Será totalmente diferente a la de hoy? Lo cierto es que el futuro siempre termina en el presente, cuando el presente se hace pasado.
LINK: www.museos.buenosaires.gov.ar
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