Son las ocho y media de la mañana, garúa sobre Buenos Aires, me siento feliz de vivir un día más. Pongo “ The köln concert”, las melodías de Keith Jarret son tan especiales como la tristemente hermosa melancolía de los días de lluvía. Pero su música también puede ser una tormenta enfurecida. Un diluvio de un espíritu inquieto que tiene orgasmos mentales mientras toca (literalmente hablando), algo muy especial, único en el mundo. (…) “De todo lo que se escribe, sólo me gusta lo que un hombre escribe con su propia sangre. Escribe tú con sangre, y comprenderás que la sangre es espíritu”. Esto último lo dijo Zaratustra, sabio inmortal.
Friday, September 04, 2009
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