El jazz y lo digo casi de manera lacónica, me produce un estado de ánimo de absoluta alegría, si estoy bien, logro estar mejor, si estoy mal, me pongo bien. Sus melodías lúdicas me llevan a un estado de pura voluptuosidad, donde mi cuerpo se mueve al compás de los ritmos salvajes y dulces.
Con la música clásica me ocurre algo similar, pero algunas piezas para piano muy lentas y pesadas pueden levarme a un estado de desesperación seudo depresivo. Y todo lo contrario sería escuchar “El Manfredo” de Tchaikowsky el cual me llevaría a una apoteosis de la excitación mental y corporal.
El rock por lo general me produce un estado de euforia efímero, salvo con temas de Pink Floyd, the Beatles o toda banda con un mensaje detrás, donde los estados de eufóricos y reflexivos se mezclan, dando lugar a una obra de rock conceptual. Me parece muy importante que las letras tengan algún tipo de contenido filosófico ideológico, es como un plus, algo más que la mera calidad músical.
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