Un censor interno te dice: no podes considerarte un escritor, todavía no publicaste nada, para escribir bien hay que ser un gran conocedor de la gramática, la literatura con mayúscula es tal cosa, lo demás no vale nada, éstas y otras tantas sentencias conservadores, son las que le queman la cabeza a mucha gente que le gustaría poder considerarse escritor/a, por el solo hecho de escribir por placer. Una vez un amigo me contó que antes escribía poemas, pero que había dejado de hacerlo porque lo que hacía le parecía muy malo, según él le daba vergüenza ajena, quizá se exigía ser un Neruda de la noche a la mañana, gran error. Hay como una idea elitista de que la escritura con tintes artísticos es para unos poco dotados; el resto somos material de descarte. Yo opino que todos, menos los analfabetos, si se esfuerzan y lo hacen con entusiasmo, pueden llegar a escribir muy bien, es cuestión de no dejarse vencer por los grandes señores que se creen dueños de la verdad.
Si hay algo que me ayudó y me ayuda a recorrer este camino, es el libro “El derecho y placer de escribir” de Julia Cameron. Es un curso de escritura creativo: consistente en una serie de escritos y ejercicios destinados a desbloquearnos, y ayudarnos a ver la escritura como algo natural, ¿acaso vivir, no es como ir escribiendo una historia? Se lo recomiendo especialmente, a todo aquel interesado en iniciarse en este bello oficio, y a todos los que abandonaron y les gustaría retomar. A mí leerlo me llenó de satisfacción, su mensaje me dio mucha energía y me impulsó para adelante.
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