Wednesday, May 30, 2007

No temer a lo que somos

Qué derecho tenemos a encarcelar a los animales en los zoológicos? ¿No estamos abusando de nuestro poder? ¿No son superiores a nosotros en algunos aspectos? La última vez que fui a un zoológico de grande no me gustó, me pareció todo muy sucio y vi a los animales tristes, me dio bronca, por eso estas preguntas de tono tan severo. Viendo las actitudes de algunas personas, me daba la sensación que estaban más interesados en molestarlos, que en conocer algo acerca de ellos, ahora entiendo, quizá algunos eran analfabetos, por eso lo único que sabían hacer es apretar el botón de su camarita digital para inmortalizar su ignorancia. Me impactaron los ojos de la pantera negra, su mirada parecía decir: “no nos dejan en paz.” Fue algo hipnótico verla, ese felino es mi preferido. Me parece un sacrilegio el tener un zoológico en la capital federal, se merecen al menos estar en algún lugar alejado de la ciudad, pretender su liberación ya es demasiado, hay intereses económicos en juego.


En el libro “ El proceso de convertirse en persona” de Carl Roger, leí un párrafo que me parece que ilustra muy bien lo que les acabo de decir, a continuación se los transcribo:

Algunas personas suelen alegar que si un individuo fuera lo que realmente es, liberaría la bestia que hay en él. Esta opinión me divierte, porque pienso que deberíamos observar mejor a las bestias. El león se considera a menudo el símbolo de la”bestia voraz.” ¿Qué hay de cierto en eso? A menos que el contacto con los humanos lo haya pervertido, presente muchas cualidades que he descripto. Por cierto, mata cuando tiene hambre, pero no mata por matar, ni se alimenta en exceso. Conserva su silueta mejor que alguno de nosotros. Mientras que no es más que un cachorro, es débil y dependiente, pero avanza hacia la independencia; no se aferra a la dependencia. Durante su infancia es egoísta y centrado en sí mismo, pero al llegar a la edad adulta demuestra una notable cooperatividad; alimenta, cuida y protege a su cría; satisface sus deseos sexuales, pero no se entrega a orgías salvajes y lujuriosas. Sus diversas tendencias y necesidades se armonizan entre sí. Básicamente es un ejemplar de felis leo constructivo y confiable. Lo que deseo sugerir es que no hay motivo para sentir horror ante la idea de ser realmente y de manera profunda un miembro original de la especie humana. En cambio, significa que uno vive de manera franca y abierta el complejo proceso de ser una de las criaturas más sensibles , creativas y capaces de nuestro planeta. Ser plenamente la propia unicidad como ser humano no es un proceso que, a mi juicio, merezca ser considerado malo. Tal vez sería más apropiado decir que es un proceso positivo, constructivo, realista y digno de confianza.

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