Mi querida Ximena Ianantuoni, que fue mi terapeuta varios años; y es una madre ejemplar. Publico en su blog " vamos viendo", este hermoso párrafo, y su apasionado comentario. Ya encarge este libro a una libreria amiga, me conmovio:
"Tú eras, a mis ojos, el chico más lindo de la ciudad, lindo y tierno, lindo y soñador. Me sentía afortunado de haberte conocido, de tenerte allí frente a mí, echado en el sillón de cuero, contándome cosas de tu vida. De ésas, las primeras noches de nuestra amistad, cuando nuestros cuerpos aún no se conocían y todo era inquietante promesa, recuerdo con porfiada intensidad el hechizo que tus manos ejercieron sobre mí. Yo no podía dejar de mirarlas. Esas manos preciosas, me decía, tienen que ser mías. La sola idea de tus manos recorriendo mi cuerpo, atreviéndose a tocarme, excitaba mis sentidos, alborotaba mi imaginación. Tú hablabas y sonreías; yo te escuchaba, mirándote las manos. Hasta que por fin, gracias a tu audacia, nos besamos."
¿ ¿No es una belleza de párrafo?,
¡una descripción hermosa de un momento de atracción total!,
un privilegio de la expresión escrita!
sacado de "Los amigos que perdí",
una maravilla de las letras,
me tiene absolutamente conmovida.
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