Monday, July 02, 2007

Un canto de dolor

La poesía de Alejandra Pizarnik es como el Ave fénix, uno la lee y parece que te adentra en lo más profundo del dolor, pero como esa maravillosa Ave, luego te llena de vitalidad para salir a enfrentar la vida. Un poema suyo puede hablar mejor de ella:

A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD

Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos

6 comments:

Asilo en el Mar said...

"Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir".

El perseguidor said...

Es excelente realmente... nunca había leído nada de ella, me voy a empezar a interesar un poco...

Muy bueno el blog che...

Saludos!!

Carolina said...

Realmente la poesía de Alejandra tiene un deje de tristeza impresionante, ami particularmente me deja una poderoso sabor amargo....y ojo que eso en poesía no es malo.
saludos santiago y aprovecho para contarte que te he agregado a mi blogroll...

Anonymous said...

Sí, hay como una tristeza abismal en su poesía, te deja un sabor amargo, aunque es bella igual.

Gracias por agregarme,

Saludos

Carolina said...

Es un placer... :)

Alejandra Dening said...

Bella, bella y profunda poesía la de Pizarnik. También me gustan sus poesías disparatadas, una locura inteligible.