El ocaso de la pasión por el fútbol

El domingo 24 de agosto terminaron los juegos olímpicos más impactantes, en todo sentido, de la historia del deporte, de lo poco vi, el partido de argentina contra nigeria y la ceremonia de cierre, me quedo con lo último, creo que todo el mundo tiene mucho que aprender de los chinos, fue un espectáculos artístico tecnológico sin igual, creo que van a pasar muchos años hasta que algún país lo pueda superar, si es que alguien lo logra. El partido, un bodrio total, lo vi casi dormido, nada tan impresionante como para sacarme el sueño. Al menos pensé que los festejos de estas estrellas del fútbol iban a ser emotivos, ya que fue un gran logro, pero no, así como pompeya quedo sepultada por la erupción del vesubio, estos jugadores fueron como lo que quedo de pompeya, comprados con la mística de Marzolini, la garra de Ratín, la potencia de Batistuta, la magia de Maradona, la explosión de Kempes, la poesía de Rojas etc… Me parece que estos chicos no tienen hambre de gloria , de alguna forma inconsciente sabían que estos juegos los ganaban seguro, por eso si no me equivoco, no vi a ningún jugador emocionado por el triunfo.




No vi, pero me entere, de la buena performance del jockey, jachting, judo, básquet, ciclismo, disciplinas que son el equivalente de David contra Goliat, muchos de ellos tienen que trabajar de otras cosas para poder competir, luego o antes de una dura jornada de trabajo, una dura jornada de entrenamiento, estos sí que dan la vida por su deporte. Yo sé que los futbolistas los valoran mucho, el tema pasa por otro lado, somos un país del tercer mundo, lo que vende es la pelota y el choripan..



Business are business, el gordo Ávila fue de a poco quedándose con todo los feudos deportivos, hasta construir su imperio llamado TC SPORT, de la que surgió toda un legión de adoradores del gran invento del siglo 20, el fútbol codificado, cuyo díos supremo es la cerveza, la vagancia y el control remoto. Así que como Ariadna, señora del laberinto, nos fue enredando en las redes de la adicción al fútbol, algunos como yo y otros, ya salimos, otros todavía gustan de enojarse por que la pelota no fue justo para donde ellos querían, haciéndoles subir la presión arterial en cuestión de segundos. En esta sociedad post moderna, lo más importante es el negocio, y esto no esta mal que así sea , cada cual defiende sus intereses, de algo hay que vivir, que se haga de forma ilegal es algo difícil de comprobar. Ojala cada día haya más gente que se de cuenta, que los domingos hay muchas otras cosas para hacer que ir a la cancha, jugar al ajedrez, al ping pong, llevar a tu hijos a la plaza, ir al cine, cocinar, correr, escribir, leer etc..



No hay que generalizar, los fanáticos patológicos y criminales, son la minoría, la mayoría son buena gente que sólo quiere pasar un rato mirando su deporte favorito, sólo que tomándoselo demasiado en serio. Esto no quiere decir que no este de acuerdo con lo que dijo Borges: “ "No es posible que un país se sienta representado por jugadores de fútbol... es como si nos representaran los dentistas". Che, futboleros, no se enojen, donde está el sentido del humor sino…



Es signo de inteligencia decir lo que se piensa sin miedo, sin avergonzarnos si los demás no están de desacuerdo y se sienten heridos, cuidando las maneras, pero largarlo, por eso yo lo voy a decir: Los que se llevan todos lo honores en estas últimas olimpiadas, son la dupla de ciclistas argentinos, que nos trajeron el primero oro en esta disciplina de toda la historia del ciclismo argentino, dos pibes de barrio que se rompieron el alma para llegar a ese lugar privilegiado del podio, cuyo premio mayor fue haber sido recibidos en sus lugares de orígenes, como si fueran Edipo rey, siendo proclamado rey de Tebas, dándoles las rosas hechas del sudor de sus lagrimas; en cambio el oro del fútbol, fue recibido con laureles hechos de lágrima de sudor de cocodrilo…. Y bueno, el que no entienda el sarcasmo de este texto, qué se vaya a hacer terapia, a mí no me joda, el humor es salud…..